Estos especialistas están también involucrados en el manejo de la ventilación mecánica de los pacientes que necesitan terapia intensiva. A continuación de su residencia en medicina interna, los neumólogos generalmente hacen una beca de dos años en el campo. Muchos médicos además de ser neumólogos, optan por convertirse también en miembros certificados en medicina de cuidados intensivos, por su relación con los pacientes en terapia intensiva, o con medicina del sueño.
Los pacientes normalmente consultan a un neumólogo para evaluar si tienen problemas respiratorios, sibilancias, si tienen tos persistente o si experimentan opresión en el pecho. A menudo, una radiografía o tomografía del tórax con un resultado anormal conducirá al paciente a asesorarse con un neumólogo.
Los procedimientos de diagnóstico utilizados en la medicina pulmonar incluyen la medida de gases en la sangre arterial y la espirometría, que se utiliza para medir el volumen de los pulmones. También pueden ser utilizadas técnicas de imágenes como la radiografía de tórax, tomografías computadorizadas (TC), gammagrafía y el PET. Los neumólogos pueden utilizar la broncoscopía para examinar directamente el estado de los pulmones. Los estudios del sueño son esenciales para identificar y diagnosticar la apnea del sueño.
Las enfermedades pulmonares más comunes incluyen enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística, enfermedades y afecciones como el cáncer de pulmón, enfisema, bronquitis crónica y la asbestosis que resultan de la exposición a toxinas como el humo del tabaco, el asbesto, los gases de escape y polvo de carbón y humos. Otras enfermedades, como las enfermedades autoinmunes pueden volverse en fibrosis pulmonar o hipertensión pulmonar y problemas infecciosos como neumonía y tuberculosis pulmonar.
Los neumólogos y neumólogos pediátricos están involucrados en el tratamiento del asma, una enfermedad inflamatoria crónica en la cual las vías aéreas bronquiales sufren de un estrechamiento excesivo en respuesta a factores desencadenantes tales como el polvo, el polen, el aire frío o el estrés, dando lugar a síntomas como tos, sibilancias y dificultad para respirar.
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno pulmonar en que una obstrucción funcional de las vías respiratorias superiores resultan en apneas-pausas repetitivas en la respiración - y en la interrupción del sueño. La apnea del sueño normalmente se asocia a la obesidad y los síntomas incluyen ronquidos y somnolencia diurna.
La hipertensión pulmonar es una presión arterial, anormalmente alta, en las arterias pulmonares que llevan la sangre a los pulmones. A menudo se asocia a la insuficiencia cardíaca congestiva, mal funcionamiento de las válvulas del corazón y enfermedad cardíaca congénita, aunque puede estar asociada también con muchos otros trastornos pulmonares.
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